Dona nobis pacem, elexía ás víctimas do Covid 19 de Durán una composición en forma de Adagio, de unos diez minutos de duración, pensada para orquesta de cuerdas y arpa, que se anunciaba como una idea dentro de esos parámetros líricos, revestida de una intención evocadora, próxima a una plegaria con aspectos de una profunda concentración que se distancia de cualquier tremendismo subido de efímeras pasiones, para evocar un estado de ánimo a la altura de las circunstancias. Una óptica serena en su transcurso, en la búsqueda de consuelo para quienes hayan padecido las consecuencias de la amarga pandemia. Todos, y en especial, dentro del mundo de la música, tenemos en mente a personas a las que perdimos recientemente, por lo que se rogaba , como respuesta, un respetuoso silencio, sin aplausos, cubierto con una actitud de un sencillo minuto de silencio.