Uno de los conciertos conmemorativos del primer cuarto de siglo de la Orquesta, bajo la dirección del maestro Víctor Pablo Pérez, principal artífice de la misma, ha ofrecido una exhibición de la magnitud artística y también organizativa que ha alcanzado. En programa sendas obras de Ravel, la suite de “Ma mère l´Oye” y de Fauré, el “Requiem en re menor” y un estreno, “Troula”, del compositor gallego Juan Durán, encargo de la propia Orquesta para esta conmemoración.
La obra de Ravel, cinco breves piezas inspiradas en los cuentos de Perrault, es un prodigio de sensibilidad y de hallazgos sonoros que trasciende en mucho los posibles motivos literarios de inspiración para sumergirnos en una música hipnótica que crea su propio universo.
El Requiem de Fauré es muy distinto de los grandes y espectaculares homónimos de otros grandes compositores. Los distintos planos sonoros y las diferentes cuerdas vocales se alternan sin estridencias, en pasajes de gran sensibilidad realzados por una música llena de evocaciones.
“Troula”, según su autor, es una rapsodia, en la que integra materiales diversos, de su propia obra anterior, del repertorio tradicional, de Andrés Gaos, para el despliegue de todo el potencial de la Orquesta: su formación titular pero también la Orquesta de Niños, junto con el Coro titular, el Coro joven y el Coro de niños. Doscientos artistas en la escena en una imagen que resume la excelencia lograda. La música, con gran despliegue tímbrico y un crescendo emocional, fue largamente aplaudida. No en su vano su autor, Juan Durán, es compositor presente en la vida musical gallega, donde recientemente ha ofrecido recitales de su obras para piano.
En esta ocasión, las notas al programa de mano, elaboradas por Estíbaliz Espinosa, tienen entidad propia, ofreciendo el texto íntegro de las obras vocales interpretadas, con comentarios pertinentes de cada sección.
Y dejo para el final lo más importante. Hace 25 años, lo que hemos visto y escuchado simplemente no era posible. Ni existían Orquestas Sinfónicas en Galicia, ni Auditorios, ni los compositores gallegos podían estrenar fácilmente, ni los intérpretes o los directores actuar. El histórico salto adelante de la música en Galicia es consecuencia de una decisión estratégica, la creación de Orquestas y del compromiso con la excelencia que las ha distinguido y que Víctor Pablo personifica. A su lado otras personas notables, Alberto Zedda, presente “in memoriam” en el concierto, o Dima Slobodeniouk que continúa en la misma línea. Y detrás, músicos, gerentes, equipo técnico, y público, mucho público. Hoy en la Orquesta hay músicos gallegos, formados en conservatorios gallegos, son gallegos los Directores del Coro Joven, del Coro de Niños, de la Orquesta de Niños como lo son los autores de muchas obras estrenadas en conciertos de abono. Conviene subrayarlo porque apenas tiene parangón en nuestro país. Galicia hoy no solo sobresale en la producción de coches o en la industria textil, sino que lo hace de forma muy destacada en la música culta, un rasgo exclusivo de muy pocas sociedades europeas.